No sería justo decir que es un filme carente de ritmo, más aún, lo tiene, pero es predominante calmado, pausado, lento, con larguísimas escenas de diálogo y parlamento que apenas consigue mantener la atención. Lo realmente difícil es permanecer en vigilia y no echar un par de cabezaditas, sobre todo si se ve a horas extremas de la tarde. Mi lucha fue ésta y más ardua que la contienda política que se libraba en la pantalla que, por otra parte, ya se sabía cómo iba a terminar. De una película de estas características en la que el argumento no te puede generar ninguna incertidumbre, se debe esperar que despierte un interés mucho más allá del meramente histórico y debe ser sugestiva desde el punto de vista cinematográfico. Más que el qué se cuenta debe primar el cómo se cuenta y aquí Spielberg no se luce en absoluto.
Introduce una pizca de guerra, aunque lógicamente está en el trasfondo, algo de vida personal y mucho de estrategias, intrigas políticas y dialéctica. Se mantiene en esa incuria narrativa durante una hora y media y después llega al punto álgido cercano al final que al menos te hace abandonar definitivamente la narcosis.
A pesar del título, no narra la vida del decimosexto presidente de los Estados Unidos sino un capítulo muy concreto y específico de la historia norteamericana, interesante al menos desde el punto de vista documental, pero poco más.
En definitiva, no hay muchas cosas que capten la atención del espectador excepto, aparte del ya citado valor instructivo, el comprobar el empeño del director en que el tiro de cámara sea en escorzo ya que es con el que Daniel Day-Lewis más se asemeja al mítico presidente.
Las interpretaciones también son difícilmente juzgables debido al doblaje. Se intenta retratar un Lincoln envejecido, encorvado y con una voz excesivamente forzada, a pesar de que el protagonista tiene prácticamente la misma edad que tenía Lincoln en ese momento. Lo mismo pasa con algunas otras voces más del reparto. Si en la versión original han optado por utilizar ese registro de voz por cualquier razón justificada, estoy seguro de que Day-Lewis ha conseguido transmitir la esencia del personaje muchísimo mejor que su doblador, a tenor de la cantidad de premios que está recibiendo y que hasta lo que se puede ver serían injustificables.
Por decir, ni tan siquiera John Williams, que nunca falla, está brillante ni hace nada original ni atractivo.
10/02/2013
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